Guía de accesorios para el vino
La copa adecuada para cada variedad de uva
En el desarrollo del olor y del gusto del vino juegan un papel muy importante la forma y el volumen de la copa. La copa, como un instrumento para disfrutar de la bebida, influye directamente a la hora de evaluar un vino.
Para analizar visualmente un vino determinando su color, claridad y consistencia, se necesita una copa incolora y sin decorar. También un cristal fino permite percibir la temperatura del vino de forma inmediata. Las copas de cristal grueso tienen la desventaja de que la temperatura del vaso se transfiere a la bebida. El aroma del vino se intensifica al girar horizontalmente la copa de vino. La variedad y la intensidad de los aromas del vino se desarrollan más rápido cuando la superficie de evaporación es mayor.
Algunos fabricantes de vidrio han desarrollado copas de vino especiales para distintos vinos en las que el aroma de la variedad de uva en concreto se puede desplegar de forma particular. Riedel fue el primer fabricante de vidrio en desarrollar copas de vino especiales para distintas variedades de uva.
Una copa de vino consta de tres partes: el cáliz, el fuste (o tallo) y el pie (o base). Una copa de vino desarrollada específicamente para una variedad de uva se caracteriza por un cáliz que muestra tres variables: la forma, el tamaño y el diámetro de la boca. La copa de vino debe transmitir el «mensaje» del vino al lenguaje de los sentidos.
La copa es responsable de asegurar que la fragancia, el sabor, el color, el equilibrio y la sensación final del vino armonizan entre sí.
Aroma: Una copa de vino especial para una variedad de uva es responsable de la calidad e intensidad del aroma del vino.
Textura: Una copa de vino especial para una variedad de uva acentúa la sensación que el vino produce en la boca (acuoso, suave, sedoso, aterciopelado).
Sabor: Una copa de vino especial para una variedad de uva crea un equilibrio ente la fruta, la mineralidad, la acidez y las sustancias amargas.
Retrogusto: Una copa de vino especial para una variedad de uva favorece un sabor agradable, continuo, armonioso y persistente.
¡La copa correcta perfecciona el placer que nos da el vino!
El decantador: ¿por qué se debe airear el vino?
¡Decanta el vino para disfrutar aún más! Los grandes vinos merecen ser desplegados al máximo para disfrutarlos con todos los sentidos.
Los vinos más viejos se deben decantar para eliminar cualquier depósito acumulado como los posos. Por otro lado, los vinos más jóvenes se deben decantar para activar la oxigenación y que los aromas se desplieguen. La decantación permite la «maduración» del vino desarrollándose el bouquet más rápidamente.
Para disfrutar el aroma completo de los vinos jóvenes (tintos), la botella se debe abrir entre 8 y 12 horas antes de beberla para asegurarse de que el vino recibe suficiente oxígeno. Sin embargo, si se decanta el vino se reduce el tiempo que el vino necesita para oxigenarse.
El vino tinto decantado proporciona al paladar una mayor variedad de sabores afrutados y tiende a integrar y equilibrar los taninos.
Cuando se decanta un vino joven, se puede volcar el contenido de toda la botella en el decantador. El vino debe verterse con un chorro a la copa para favorecer el suministro de oxígeno. La decantación de los vinos jóvenes algunas horas antes de servirlos les permite desplegar su sabor y alcanzar un grado de madurez que, de otra manera, solo se logra con años de almacenamiento.
Si quieres eliminar los sedimentos de los vinos añejos, vierte el vino lentamente en un decantador o utiliza un colador para decantador para dejar el poso en la botella.
La decantación del vino es también un placer para la vista: ver cómo el vino fluye por las paredes de un recipiente de vino con una bonita forma hacia el interior.
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Sacacorchos: ¿qué modelos hay?
Al descorchar una botella de vino, hay que llevar mucho cuidado porque un corcho de vino desmenuzado reduce rápidamente el disfrute. Hay un gran número de sacacorchos pero no recomendamos comprar el más barato y además, es mejor que tenga una espiral larga y no demasiado gruesa.
Con un buen sacacorchos es posible sacar el corcho de la botella sin mucho esfuerzo y sin romper el corcho. Con un buen modelo podrás desenrocar el corcho o soltarlo de la espiral muy fácilmente.
La espiral o hélice es el componente más importante del descorchador. Debe ser lo suficientemente larga para poder introducirse profundamente en el corcho, el cual no debe romperse. Tampoco debe ser demasiado gruesa porque sería más difícil enroscarla y el corcho podría romperse. La espiral debe girar alrededor de un espacio hueco en el medio, el llamado alma.
El sacacorchos Screwpull ofrece una manipulación especialmente sencilla: el corcho no solo se gira en la botella, sino también en la hélice. Además es un instrumento que garantiza una larga vida útil. Después de hasta 2000 botellas abiertas, solo hay que cambiar la espiral.
Sacacorchos de camarero / Sacacorchos de sommelier
Los profesionales y los sommeliers suelen descorchar las botellas con un sacacorchos de camarero (también llamado sacacorchos de sommelier). Es un utensilio importante en la alta gastronomía porque, a diferencia de un sacacorchos normal, combina tres «herramientas»: el cortador de cápsula en forma de cuchillo, el sacacorchos y el levantador de cápsulas. Con el cuchillo se corta la cápsula de aluminio que envuelve el cuello. La hélice se enrosca en el corcho y debe tener las mismas características que se han descrito más arriba. La palanca se coloca sobre el cuello de la botella y por medio de la acción de la muñeca y de la palanca se libera el corcho.
El mango de un sacacorchos de camarero puede estar hecho de diferentes materiales. Los modelos de acero inoxidable son los más duraderos. Los ejemplares más exclusivos suelen ser de madera o de cuerno de animal (especialmente los sacacorchos franceses Laguiole), aunque estos mangos no son tan duraderos.
Sacacorchos de mostrador y palanca
Los sacacorchos de mostrador se utilizan principalmente en la restauración. Están firmemente unidos a la mesa o mostrador. Se presiona la botella desde abajo contra el sacacorchos y se acciona la palanca hacia adelante de forma que la espiral perfora el corcho. Luego se coloca la palanca en su sitio y el corcho sale de la botella. De esta manera se pueden descorchar muchas botellas sin interrupción.
El sacacorchos de palanca funciona de la misma manera que el sacacorchos de barra. La diferencia es que el sacacorchos de palanca es una herramienta móvil. Tiene un dispositivo similar a una pinza que se usa con una mano para fijar la botella. Con la otra mano se acciona la palanca.
Sacacorchos de presión de aire
El sacacorchos de presión de aire tiene una aguja hueca que se introduce a través del corcho hasta llegar a la botella. A través de dicha aguja se bombea gas (por ejemplo, aire) hacia el interior de la botella de forma que se origina una sobrepresión y el corcho es empujado hacia afuera de la botella.
Sacacorchos de láminas
El sacacorchos de láminas se utiliza especialmente para vinos viejos en los que se puede esperar que el corcho se desmorone o que ya están rotos. El corcho no se perfora con una espiral, sino que es levantado suavemente hacia arriba por dos resortes de acero, también llamados «lenguas».
Primero se colocan las lenguas a la derecha e izquierda entre el corcho y el cuello de la botella. Estos se giran en un movimiento de vaivén entre el corcho y el cuello y luego se sacan de la botella con una ligera tracción. El sacacorchos de láminas no es adecuado para los corchos de plástico.
Con el sacacorchos de láminas se puede tanto quitar un corcho como volver a ponerlo en la botella. Para ello, se introduce el corcho en la botella con ayuda de esta herramienta y con movimientos de vaivén, se saca el sacacorchos sin el corcho. El corcho permanece intacto.
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¿Qué accesorios adicionales son útiles para el vino?
Cierres para vino y champán
Una vez que se abre una botella de vino o champán, el oxígeno penetra en el líquido y le cambia el sabor pasado un tiempo. En el caso del vino espumoso, disminuye el dióxido de carbono o lo pierde completamente. Quien desee preservar el sabor del vino y las burbujas del cava, debe cerrar de nuevo la botella. Pero no siempre se puede volver a cerrar la botella con el corcho, ya que este se expande y ya no cabe en la botella. En el mercado hay una gran variedad de tapones para botellas con diferentes funciones y formas de uso. Es importante que los cierres sean realmente herméticos e impidan que el oxígeno o los olores entren en la botella (especialmente si la botella se va a conservar en la nevera). Son altamente recomendables los modelos con los que se puede extraer el aire de las botellas abiertas porque se puede crear así fácilmente un vacío de conservación.
Enfriadores de botellas
¿Qué sería de una buena comida sin el maridaje perfecto con el vino? ¿O la celebración de una ocasión especial sin cava o champán? A pesar de ello, es fastidioso tener que acudir frecuentemente a la nevera interrumpiendo así un momento tan especial. Por eso, ¡el enfriador de botellas es indispensable en una noche de celebración!
Hay diferentes modelos para elegir, como el clásico enfriador de botellas que se llena de cubitos de hielo y la botella se coloca dentro. Esto asegura que la bebida se enfríe y permanezca fría de forma rápida y sin interrupción. La desventaja es que las etiquetas se desprenden rápidamente. Una solución limpia son los refrigeradores de botellas con placas que se pueden poner en el congelador y reutilizar.
También hay refrigeradores de botellas que se mantienen fríos por su material o sistema de aislamiento. En estos casos, la botella debe estar ya enfriada previamente ya que el efecto no es tan duradero.
Otra forma de enfriar la botella son las fundas de refrigeración (especialmente prácticas para ir de picnic). Estas fundas cubren la botella completa.
Orden en la colección de vinos
Para una colección de vinos ordenada, ya sea en la estantería o en la bodega, hay disponibles etiquetas para el cuello de las botellas, sistemas de etiquetado o pequeñas tablas de pizarra. Con esto se evitan las largas búsquedas y tener que sacar innecesariamente las botellas.